Casa de Federico Ramírez, C/ Los Álamos-LinaresAquella noche de Miércoles Santo, después de muchos años, sería el primer año que no procesionaría con la Hermandad dentro del cortejo.
Era duro dejar de hacerlo, pero el paso del tiempo no perdonaba. Sin embargo, se le había ocurrido algo que le ilusionaba sobremanera y para el que pidió permiso expreso a la directiva y que incluso entusiasmó al sr. Alférez: aunque "rompiera" brevemente el silencio imperante durante la procesión, al paso por su casa se entonarían estrofas de su Miserere y toque de violines...sería algo sorpresivo, sin anunciarse, en mitad de la noche, haciendo más solemne el paso de sus sagrados titulares....¡qué menos que dedicárselo a Ellos!
Por supuesto, acudiría al Oficio de Tinieblas antes de la salida y sería uno más entre sus hermanos, para luego despedirse, no sin antes rezar ante Ellos.
Le fascinaba la antigüedad de Él en su infinita Humildad... Ella también era bellísima y su dolor ayudaba a pensar y reflexionar sobre el dolor de una madre al saber que perderá a su hijo en la Cruz... pero Él, con ese arcaísmo pero lleno de unción religiosa le transportaba a los primeros años de la Hermandad; ahora que, escribiendo su crónica de la Historia de Linares, ha consultado los archivos de la Parroquia, ha visto también los de aquellos años en que se fundaron y abrieron una página en la Semana Santa de Linares... puede que ahora ya no se llamen Vera+Cruz o que cambiaran de día para asentarse el Miércoles Santo ,sin embargo, su esencia es la misma y cada año sobrecoge en su procesionar por las calles.
Acaban los oficios y tras orar brevemente, D. Federico Ramírez se dirige a su casa, donde lo tiene todo preparado para esperar el paso de su Hermandad.
La emoción le embarga...sólo espera que todo salga bien y que cada año pueda honrar a sus sagrados titulares de esta forma...ahora que la edad ya no le permite acompañarlos.
Era duro dejar de hacerlo, pero el paso del tiempo no perdonaba. Sin embargo, se le había ocurrido algo que le ilusionaba sobremanera y para el que pidió permiso expreso a la directiva y que incluso entusiasmó al sr. Alférez: aunque "rompiera" brevemente el silencio imperante durante la procesión, al paso por su casa se entonarían estrofas de su Miserere y toque de violines...sería algo sorpresivo, sin anunciarse, en mitad de la noche, haciendo más solemne el paso de sus sagrados titulares....¡qué menos que dedicárselo a Ellos!
Por supuesto, acudiría al Oficio de Tinieblas antes de la salida y sería uno más entre sus hermanos, para luego despedirse, no sin antes rezar ante Ellos.
Le fascinaba la antigüedad de Él en su infinita Humildad... Ella también era bellísima y su dolor ayudaba a pensar y reflexionar sobre el dolor de una madre al saber que perderá a su hijo en la Cruz... pero Él, con ese arcaísmo pero lleno de unción religiosa le transportaba a los primeros años de la Hermandad; ahora que, escribiendo su crónica de la Historia de Linares, ha consultado los archivos de la Parroquia, ha visto también los de aquellos años en que se fundaron y abrieron una página en la Semana Santa de Linares... puede que ahora ya no se llamen Vera+Cruz o que cambiaran de día para asentarse el Miércoles Santo ,sin embargo, su esencia es la misma y cada año sobrecoge en su procesionar por las calles.
Acaban los oficios y tras orar brevemente, D. Federico Ramírez se dirige a su casa, donde lo tiene todo preparado para esperar el paso de su Hermandad.
La emoción le embarga...sólo espera que todo salga bien y que cada año pueda honrar a sus sagrados titulares de esta forma...ahora que la edad ya no le permite acompañarlos.
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